viernes, 18 de noviembre de 2011

Espejos con memoria. Las fotografías del Chillán de ayer

Ramón Bastías Sandoval
Sociólogo, Licenciado en Sociología UdeC.
(ref. Libro Arquitectura de la Memoria Chillán Antiguo, 1a edición agosto 2011, Editorial Patrimonio, Chillán - Chile)

De mis recuerdos más antiguos hay uno que con especial fuerza se viene a mi mente. Siendo niños, con mi hermano, visitábamos la casa de un tío abuelo y ahí en pleno living nos recibía la foto del bisabuelo con uniforme de bombero de la Quinta Compañía de Chillán. No sabíamos de qué época era la foto, pero su tamaño grande como si fuera un espejo, me llamaba a mirar en el reflejo del vidrio que la cubría.
Esa imagen fotográfica, junto a otras que atesoraba mi abuela, fueron las primeras conexiones que tuve con el pasado de mi familia y también con los tiempos del ayer de nuestra ciudad. Y es que los antepasados se pierden en los tiempos del siglo XIX como vecinos de Chillán y sus alrededores. Mi familia como tantas estuvo marcada por el terremoto de 1939 y vistió luto por la pérdida de uno de sus más jóvenes miembros, Manuelito.



Así, con fotografías en mano, escuchaba los relatos de mis abuelos y padres que me ilustraban sobre la ciudad de ayer cuando todavía con sus edificios y casas en el suelo luchaba por volver a su gloria de tiempos pasados. Con tanta vida y muerte entremezclada con ciudad de Chillán, se fue construyendo un vínculo afectivo que nos conecta con sus calles, plazas y su gente. El Chillán anterior a 1939 había sido fotografiado por diversas personas. Especialmente interesante es una colección que se realizó en el marco de la Exposición Iberoamericana de Sevilla en 1929 que ilustra una serie de lugares y personas de Chillán y la Provincia de Ñuble, donde encontramos los aportes de un personaje hoy casi olvidado, Don Darío Brunet.
A través de las imágenes de la desaparecida Escuela Normal, el Convento Jesuita, el tristemente famoso Teatro Municipal, uno se va formando la idea de una ciudad que ya no existe, la ciudad fantasma, que se repite en los recuerdos de los mayores y que en nosotros aparece como un espectro, apenas visible por sus vestigios iconográficos, apenas imaginable por los relatos orales. Estos documentos visuales nos muestran una ciudad de provincia en una provincia rural, sin embargo muy viva y pujante. En pleno desarrollo podríamos decir, ya que en las primeras décadas del siglo XX comenzaban a notarse los progresos urbanos en sus casas y calles. Impresionan los carritos de sangre, los tranvías, las construcciones neoclásicas y los primeros edificios modernistas. Una ciudad próspera a la espera de cumplir 100 años de su traslado, el Chillán nuevo del centenario, en el lejano 1935. Poco durarían las alegrías de las fiestas, de las celebraciones, de los carros alegóricos. Los siguientes registros fotográficos serían para comunicar un drama humano, un destino trágico. La ciudad del centenario se caía a pedazos por un desastre natural, por el terremoto del 24 de enero de 1939 que dejaba casi la totalidad de las casas de la ciudad en el suelo y una parte importante de la población muerta bajo los escombros. Aquellas imágenes de dolor, de tristeza y amargura impactan a quienes las observan. No sólo por las edificaciones destruidas, sino por la muerte y el luto por doquier. Aquella noche infausta llega a nosotros hoy con los matices del gris acentuados por el sufrimiento humano que la naturaleza distribuyó con igualdad a las familias chillanejas. Quienes pregunten a sus abuelos o bisabuelos, sabrán que el costo de vidas afectó a todos los linajes de la ciudad.
Y desde la oscuridad más profunda, una nueva ciudad nace y crece dando vida a una nueva etapa de la urbe de cuatro siglos. San Bartolomé de Chillán se volvía a levantar. Y como quien quiere olvidar el dolor producido por los muros de adobes antiguos, la nueva edificación se desarrolla con materiales que borran para siempre la imagen neoclásica y afrancesada del 1900 y las antiguas casonas coloniales del siglo XIX.
Estos documentos fotográficos nos han conectado hasta hoy con aquella ciudad del centenario, gracias a la precaución de algunas familias, diversas imágenes de aquellos edificios y plazas nos han llegado al presente, ilustrándonos de ciertos espacios, dejándonos puntos ciegos en otros casos. Dichos fragmentos se van uniendo como una trama, como un tejido memorial, que Chillán atesora en las colecciones privadas y que lamentablemente no existe en una gran colección pública. Con la fotografía pasa algo muy interesante, y es que a partir de ella, la memoria personal y colectiva se afirma no sólo en los recuerdos, sino en imágenes de registro que permiten rememorar un ayer distante. Y es que a pesar de que Chillán cambia de piel como el camaleón, producto de los desastres naturales, su imagen perdura por estos documentos visuales, que cuales espejos con memorias, siguen proyectando reflejos del pasado y trayéndolos al presente para su estudio, análisis y por qué no decirlo para su disfrute visual.

Chillán, la ciudad de terremotos naturales y terremotos humanos

Juan Ignacio Basterrica Sandoval
Corporación Patrimonial Chillán (e.f.)
(ref. Libro Arquitectura de la Memoria Chillán Antiguo, 1a edición agosto, Editorial Patrimonio, Chillán - Chile)

“…En Chile también hay terremotos. Y muchos. Cada Presidente tiene el suyo. Las ciudades carecen de edificios antiguos. ¿Dónde están los cuatro siglos de Santiago? No se ven. Los temblores lo impiden. Pero ¿forman parte los remezones del modo de ser nacional? En absoluto. El chileno los recuerda mientras duran. Después los olvida. No figuran en el folklore nacional, ni los escritores se refieren a ellos ni los poetas los han cantado ni maldecido. ¿Dónde están entonces, en la psicología del país? Porque, evidentemente, en alguna parte deben estar…” Horacio Serrano Palma. El Mercurio, 14-4-68)

De la lectura de este fragmento escrito a propósito de la característica telúrica de nuestro país y especialmente nuestra ciudad, podemos tal vez explicar el fenómeno del desarraigo patrimonial que siempre nos ha caracterizado en el momento en que debemos optar por preservar o destruir nuestros elementos arquitectónicos mas emblemáticos. Ocurre que al parecer nuestra tierra es de contrastes fuertes entre las fuerzas naturales y las fuerzas del deseo humano. Pareciera ser que cada vez que nos enfrentamos a estas catástrofes naturales, con toda la destrucción y muerte que ello ha significado, con posterioridad se produce un verdadero trauma psicológico social que hace que los habitantes quisieran olvidar esa amarga lección de la naturaleza. Se produce una negación o más bien un bloqueo de esa etapa, una especie de luto mal llevado que hace que se reniegue de los recuerdos. Florece así de los escombros una nueva ciudad que tiene en si el estigma de una próxima destrucción. Ha pasado muchas veces en nuestro querido Chillán tantas veces mutilado. Aparece también el trabajo de sus habitantes, en una laboriosa carrera por levantar y construir una nueva ciudad que satisfaga necesidades pero que olvida el pasado. Pero una vez que esa nueva ciudad se ha levantado y goza del periodo de tranquilidad ausente de catástrofes que la tierra nos concede, en algún lugar de la casa, entre las cosas guardadas aparece un testimonio gráfico, una foto, un artículo guardado que mas parece escondido a propósito. Solo cuando alguien de las nuevas generaciones lo descubre, se abre ante sus ojos, la curiosidad por saber de esa ciudad que se devela en ese recuerdo que se tiene en las manos. A muchos nos ha pasado, nos sorprendemos de un Chillán diferente, de una hermosura y arquitectura evocadora. Cuando tratamos de indagar más antecedentes, los mayores sacan a relucir las experiencias de los abuelos para el sismo, como lo más significativo, son las heridas que no cierran y que hereda la segunda generación. Este fenómeno nos ha pasado a muchos, pero gracias a la tecnología y a la iniciativa de Máximo Beltrán, se ha mancomunado un grupo numeroso de chillanejos que han formado un archivo fotográfico importantísimo respaldado por notas, reseñas y testimonios de esa época pre telúrica, en este caso pre terremoto de 1939. Y es precisamente esa la gracia de este libro, con un bonito diseño del mismo autor, se muestra una hermosa galería fotográfica que transporta al que lo tenga en sus manos a ese Chillán, un Chillán que despierta curiosidad en la mayoría de sus habitantes que aman su terruño.



Sin embargo, el terremoto natural, no lo destruye todo afortu-nadamente. En nuestra ciudad aún quedan vestigios de ese otro Chillán anterior al actual, así Templos como el de Los Carmelitas, San Francisco, San Juan de Dios, y algunas construcciones particulares emblemáticas son los testimonios de un pasado que se perpetúa en el imaginario colectivo desde esa época, porque instalados en el consciente y en su inconsciente, para el habitante siempre están allí. Por otra parte aparecen las construcciones del nuevo Chillán, post terremoto de 1939, un estilo arquitectónico diferente al anterior que deja atrás al neo clasicismo, para abrirse a lo simple y lo práctico, el estilo Bauhaus. Este último imprime un sello característico al nuevo Chillán, pasando a ser un símbolo identificatorio de nuestra arquitectura haciendo de la ciudad, una ciudad única.0000000
Frente a los terremotos naturales, aparecen los otros, tal vez los más asombrosos, los atentatorios a la identidad arquitectónica actual de Chillán. Me refiero a los terremotos producidos por el ser humano, mas específicamente por algunos chillanejos diestros en el uso de la picota. Caen edificios, casas, y emblemas arquitectónicos, pareciera que el pretexto de la renovación, de la rentabilidad sin piedad alguna por la preservación de aquellas construcciones que si pueden tener un fin diferente, pudieran mas. Lógicamente el ser dueño de una de estas construcciones facultan a su propietario para hacer el uso que estime conveniente, incluso destruirlo, en el legitimo derecho de obtener lucro económico. Ello al menos podría ser justificable, pero el destruir por destruir sin ningún compromiso para la memoria colectiva, para la sociedad, para una ciudad a la que se quiere como el lugar donde se vive, es diferente. Muchas veces se actúa como un sonámbulo sin ver otras proyecciones económicas, solo las fáciles, como levantar galpones sin gracia ni aporte alguno. ¿Por que no ver en aquellas construcciones que merecen ser salvadas un fin económico que las potencie? Mayor impotencia se produce cuando empresas de grandes recursos, salvo contadas excepciones, sin contemplación alguna imponen su arquitectura corporativa tipo, sin tratar de aportar ni de reconvertir lo que está destinado a la destrucción desde una oficina arquitectónica de Santiago. Aquí es donde faltan normas claras a nivel comunal, que eviten o al menos orienten en la habilitación o diseño más acorde al alma de nuestra ciudad. A falta de recursos económicos para aquellas construcciones que no persiguen lucro como los templos religiosos, se necesita de orientación y cooperación en la gestión para obtenerlos por parte de los estamentos locales. Un mayor compromiso con los edificios que si bien son de entidades privadas, en su génesis estuvo toda la sociedad chillaneja involucrada y comprometida. Es difícil pero no imposible, no seamos nosotros los chillanejos los causantes de estos verdaderos terremotos humanos, y no permitamos tan fácilmente que el centralismo nos mande réplicas gratuitamente. Hay una responsabilidad clara de los habitantes de Chillán, de las empresas, de la sociedad toda. De nosotros depende que los terremotos humanos nos priven de nuestros símbolos identitarios tan fácilmente mientras permanecemos contemplativos. Los terremotos naturales no pueden evitarse, pero los terremotos humanos sí, dependen solo de las voluntades. Que la lectura y la visión de la rica iconografía contenida en este libro sirva para darnos cuenta de lo que Chillán fue en aquellos tiempos y nos haga reflexionar de lo que esperamos de la ciudad. Ciudad nuestra por rigor, por historia y por derecho.

Patrimonio - Identidad - Pertenencia

Patricia Orellana Cea
Periodísta Cultural
Empresa Periodística La Discusión S.A.
(ref. Libro Arquitectura de la Memoria Chillán Antiguo, 1a edición agosto 2011, Editorial Patrimonio, Chillán - Chile)

Chillán es una ciudad que lleva sobre sus hombros, 431 años de historia que se viene configurando como comunidad reconocida y organizada como tal desde que fuera fundada un 26 de junio de 1580 por el mariscal de campo, Martín Ruiz de Gamboa. Antes de eso y como territorio sin elementos antes indicados, estaban los integrantes de las etnias que también nos precedieron. Cuántos son entonces, siguiendo esta lúdica idea de Máximo, los fantasmas que nos rodean y de alguna manera nos contienen, aunque con frágil memoria por lo general se les ignora.

Hay interesantes posturas de quienes señalan que todo sigue ahí en el Universo, mucho más allá de nuestra pequeña realidad. Y en ese contexto, la energía sigue viva, potente y vigente. Es decir, los que ayer estuvieron, siguen rodeándonos y configuramos integrados, una enorme manta de cuyo tejido todos somos parte. Bienvenidos, entonces, los de ayer, los de hoy y los que serán mañana, para que en conjunto, demos fuerza a este sentido tan necesario de patrimonio e identidad, que nos entrega eso tan único e intransable, que es el sentido de “pertenencia”.



La Naturaleza ha tenido para con Chillán y sus habitantes a través del tiempo una mano que, representada mediante fuertes sismos y otras manifestaciones, casi nos borra del mapa. Pero ahí seguimos. Desastres naturales han obligado a que Chillán sea reubicada o refundada, después de que lo hiciera Martín Ruiz de Gamboa. Por eso se habla de cuatro fundaciones. Pero ni aún estos avatares logran romper el hilo conductor que une la vida y la historia de la ciudad. El terremoto del 24 de enero de 1939 es el hito más brutal que se recuerda. De una plumada desaparece el Chillán Señorial, de hermosas casas. Cuando miramos fotografías de la época, no deja de sorprender lo linda que era la ciudad que se perdió para el 39. Surge el Chillán actual, moderno, con una propuesta arquitectónica de avanzada en que el hormigón armado es un fuerte protagonista. Amplias calles que permiten una arborización que constituye sin duda alguna, uno de los patrimonios más importantes, pero al mismo tiempo más frágiles. ¿Qué nivel de conciencia tenemos como comunidad organizada frente a este patrimonio vivo? Una ciudad tan calurosa y con niveles altos de contaminación, sin árboles y áreas verdes se volvería invisible.

Patrimonio – Identidad – Pertenencia. Una trilogía que nos obliga a reflexionar y a tomar conciencia y responsabilidad frente a nuestro nutrido patrimonio que siempre valoramos. Tiene que haber una mirada integradora al respecto. Lo que debe poner el Estado a través de políticas que traduzcan nuestras necesidades al respecto; lo que nosotros como comunidad organizada propongamos; reforzar la capacidad colectiva e individual para reconocer, respetar y proteger lo que es nuestro patrimonio común. La memoria colectiva debe ser reforzada, alimentada, porque es una necesidad para los de hoy y para los que vendrán. La globalización sin duda tiene ventajas, pero también tiende a borrar las singularidades, y sin ellas nos desdibujamos, dejamos de ser. Tenemos que aprender a abrazar nuestra memoria de ayer, anudarla a la de hoy y proyectarla al mañana, porque no somos parcelables, somos una unidad indivisible. Yo quiero seguir como muchos, caminando lúdicamente por esta “Arquitectura de la Memoria. Chillán Antiguo”, que nos propone Máximo Beltrán en este bello trabajo. Quiero reconocer y ser parte de esos fantasmas que caminan nuestras calles y de los cuales formaré parte un día que no conozco todavía.

La Identidad Urbana de Chillán: Atadura mística

Marco Aurelio Reyes Coca
Decano de la Facultad de Educ. y Humanidades;
Universidad del Bío-Bío
(ref. Libro Arquitectura de la Memoria Chillán Antiguo, 1a edición agosto 2011, Editorial Patrimonio, Chillán - Chile)

La ciudad emite una imagen, posee una conciencia colectiva y genera una memoria urbana que se transmite de generación en generación. Es lo que perfila una real “ personalidad urbana”. Así, se constituye en un referente de la sociedad que la habita, puesto crea y existe un entorno apto para desarrollar la vida social y material, siempre viva y latente. Por lo mismo, el proceso de cambio urbano es siempre continuo y su estructura se conforma mediante ocupación de espacios, vías destinadas al flujo, edificios, vecindario, áreas funcionales, y por supuesto siempre omnipresente la gente que la habita y genera la vida urbana.

Por sobre la historia oficial, existe un ritmo pausado de la historia social de grupos y agrupaciones., como acontecimientos que se desbordan. Pero, esa sociedad prendida de atavismo, no puede separarse de la materialidad urbana-arquitectónica, que en el caso de Chillán, se ha construido durante una vida, impregnadas de una estrecha relación con los fenómenos naturales que ha modelado el comportamiento y exigido acciones para superar obstáculos que se codifican en la memoria individual y colectiva, registrando huellas de menor o mayor intensidad.



En el caso de Chillán, el modelamiento de su identidad urbana, resulta indudable que los fenómenos coyunturales han significado convulsiones estrepitosas, originando crisis, desatando calamidades desde el momento mismo de su erección como ente urbano. La repetición de fenómenos coyunturales semejantes conformando imágenes y símbolos, angustias y temores internalizados en la siquis individual y colectiva, exteriorizados en determinadas formas del actuar social, han sido vertebradotes de la conciencia colectiva.

Para llegar a determinar la identidad de Chillán, no podemos desligarnos de la atadura mística que se ha encargado de poner orden en el mundo desintegrado y en la simbolización arquitectónica
“chillaneja”. En otras palabras, la identidad chillaneja, cimentada en los efectos colectivos sociales, han contribuido sobremanera a caracterizar los rasgos del “ ser chillanejo” atado a su materialidad inestable que nos obligan a abrir permanente e incesantemente los arcanos de una platónica historia. Los símbolos de las diferentes épocas, constituyen en Chillán un factor limitante de la recreación histórica patrimonial de un pasado que nutre nuestros lazos atávicos. Para estructurar nuestra identidad urbana, resulta insoslayable el catastrófico recuento historiográfico del pasado. Creo que somos identitariamente la “ ciudad del movimiento ”, pero aún así, echamos raíces profundas, sintiéndonos tan “chillanejos”, que podemos situar como en el realismo mágico:

“A Chillán, ciudad rodeada de Chile”.

domingo, 6 de noviembre de 2011

Adoquines en Chillán....





p. Ignacio Basterrica (Chillán Antiguo)

Las primeras calles de Chillán fueron hechas en base a tosca molida y compactada evitándose así el levantamiento de polvo. En tiempos del Intendente Ambrosio Rodriguez se nivelaron calles del centro evitando el apozamiento de agua que las destruía y deterioraba. El Intendente Rondizzoni realizó otro tanto.
Hacia 1860 se comienza a reemplazar la tosca por adoquines de piedra, traídos primero desde las canteras de la pre cordillera de Coihueco y Pinto. También su confección en parte se debió a mano de obra de reos de las cárceles, aquellos que cumplían penas de trabajos forzados, los que constituyeron en esos tiempos mano de obra barata destinada a fabricarlos. Posteriormente con la llegada del ferrocarril, se trajeron de canteras nortinas.
Los adoquines fueron sin duda, un elemento duradero y de fácil instalación en las calles céntricas de Chillán primero, para luego adoquinarse las 4 Cañadas o Avenidas. También se ocuparon en el barrio ultraestación,y algunos sectores del barrio norte de Chillán.
Los adoquines permitieron también instalar y modificar las líneas de los tranvías o ferrocarriles de sangre que salían desde la Estación de Chillan, hacia el centro,, desde Vega de Saldias hacia un poco antes de la Quinta Agrícola (hoy Fac. de Cs Agropecuarias de la U de Concepción y conectando calle Arturo Prat hasta avenida Collin cerca de la Avenida Argentina. Estos adoquines fueron sin duda distintivos de la etapa de urbanización de Chillán en sus comienzos como ciudad que recibía a la pujante colonia francesa, alemana, española e italiana que industrializaron nuestra ciudad a fines del siglo XIX. Posteriormente hacia los años 20 del siglo XX se comienzan a asfaltar las primeras calles céntricas de Chillán, dejando eso si a los resistentes adoquines bajo la capa de asfalto.
Los adoquines, elemento decorativo, evocador y duradero, le daban a nuestro Chillán antiguo, y hasta hace poco en importantes arterias un carácter evocador y de época. Aún algunas calles se niegan a desprenderse de ellos, sin embargo la modernidad muy luego dará cuenta de los últimos vestigios. La idea es conservar siquiera una muestra de ellos antes de que desaparezcan totalmente, pues ya pertenece al imaginario colectivo de los chillanejos y constituyen un símbolo identitario. Ojalá las autoridades puedan conciliar su uso en pos de que nuestra ciudad no pierda ese tremendo patrimonio. Es interesante ver como la I. Municipalidad esta reconvirtiendo su uso, e integrándolo al paisajismo de diversas áreas publicas de nuestra ciudad.
Como chillanejo creo le debemos respeto a nuestro pasado y patrimonio.

Juan Ignacio Basterrica Sandoval.

Carros de Sangre y Tranvias en Chillán.

aporte Ignacio Basterrica y Máximo Beltrán







RECORRIDO CARROS DE SANGRE
Para cubrir el area urbana con el pueblito de Chillán Viejo, se desarrolló en el s. XIX..1877 una red de carros tirados por caballos, que tenían por nombre CARROS DE SANGRE". Estos eran de manufactura estadounidense (John Stephenson Co. de Nueva York), pero de dos pisos como los construidos en Inglaterra. Aunque de efímera duración, Chillán fue el cuarto centro urbano de Chile en tener un tranvía, precediendo a otras ciudades, como Temuco (1881), Talca (1884) o Concepción (1886)

El recorrido de regreso desde la Plaza de Chillán Viejo comenzaba por sus calles hasta llegar a la avenida Ohiggins (calle de Deuco ),un verdadero paisaje de quintas y arboledas, donde cruzaban entradas a los fundos cercanos a la ciudad... y al llegar al viejo matadero municipal seguía por la actual Avenida Schleyer, torciendo frente a la Curtiembre Choribit y enfilando por la Avenida Collín (Cañada Sur) para proseguir al norte por calle Cinco de Abril, pasando frente a la Recova municipal (hoy Mercado-Feria) y llegando a calle de Robles. Desde allí doblaba a la izquierda tomando calle Arauco hasta Avenida Libertad en donde se dirigían finalmente a la Estación de Ferrocarriles de Chillán.Alli habia una tornamesa que cambiaba el sentido de los carritos para su regreso a Chillán Viejo.

RECORRIDO TRANVIAS
Comenzaron a operar en 1922
El recorrido de los tranvías eléctricos era entre calle Libertad hasta calle Dieciocho de Septiembre, de allí hacia calle Constitución, desde esta última a calle Arauco hasta calle Maipón, calle Cinco de Abril llegando a la Avenida Collín.
Era un recorrido mas corto que los de sangre, que tambien funcionaron simultaneamente desde 1922 hasta el terremoto del 39.


jueves, 20 de octubre de 2011

LIBRO Arquitectura de la Memoria Chillán Antiguo






Libro Arquitectura de la Memoria / Chillán Antiguo. sus autores y el esfuerzo editorial que tú realizas.

El lineamiento general del Libro es el rescate y puesta en valor de la memoria colectiva de Chillán, con gran énfasis en toda la época que va desde el terremoto de 1835 a 1939, que determina el adiós al Chillán emplazado en Chillán Viejo y la nueva ciudad fundada por cuarta vez en el Chillán actual.
El desarrollo del tema del “arraigo e identidad” por diferentes profesionales interesados en esta temática y que participan desde sus ópticas. Es así como el libro recoge la mirada de historiadores, sociólogos, periodistas, arquitectos y gestores…
Sus autores; Marco Aurelio Reyes, Ignacio Basterrica, Patricia Orellana, Ramón Bastías, Rodrigo Guíñez y Guillermo Sepúlveda y Máximo Beltrán. junto a la reedición de un valioso material iconográfico, eje de esta publicación, invita al lector, a la reconstrucción de la memoria visual de un Chillán que ya no existe, pero que es la columna atávica y al mismo tiempo una herramienta para rescatar, registrar y sacar a flote el sentido de “pertenencia”.

Quizás la importancia de esta Editorial y sus publicaciones sea esa; rescatar, registrar y poner en valor lo nuestro, no como un pasado lastimero sino como piedra angular para nuestra reconstrucción como chillanejos.

Arquitectura de la Memoria / Chillán Antiguo es la antesala de una valiosa producción que nace bajo el alero de la Editorial Patrimonio, brazo intelectual de la Corporación Patrimonial Chillán.

Libros futuros de esta colección “Arquitectura de la memoria” es Terremoto 1939, Barrio Santa Elvira. Igesia de Los Padres Carmelitas, Cementerio de Chillán.


Como fue el comienzo de todo esto

Hace tres años, a través de la tecnología que nos irrumpe a veces con insolencia, reverti el mensaje de la globalización, creando un Grupo, que le puse por nombre Chillán Antiguo, acote las intensiones oscuras de la internalización y trate de usar lo que estaba a nuestro alcance para armar nuestra biografía alquímica como ciudad.
En ese derrotero me vi involucrado, y fui sumergiéndome sin querer en “otro” Chillán; no el oficial sino el paralelo a los libros; el escondido; el misterioso, del que se habla, pero que no está registrado.
De esa compilación, donde participan los vecinos anónimos y que enriqueció mi mirada de hombre y de chillanejo; fue dando paso a otros resultados; a un blog muy simple, pero que por su contenido fue incorporado en la red de la DIBAM, y al año galardonado como uno de los Proyectos Bicentenarios por el rescate al patromnio local..
Un trabajo, silencioso, donde se van incorporando redes de amigos que junto vamos expresando nuestras visiones que tenemos de ciudad, y a traves de tertulias fraternas de red surge la necesidad de darle un cuerpo fisico.

Ficha Técnica de la colección
Libro Objeto de colección y de Bolsillo
Tamaño 13 x 13
Encuadernación Holmet.
Papeles couché de 130 y 300 grs.
Barnices termolaminado.

Agradecimientos....





Cuando te inspira un objetivo importante, quizás un proyecto extraordinario, todos los pensamientos rompen sus ataduras: la mente supera los límites, la conciencia se expande en todas direcciones y te ves en un mundo nuevo. Las fuerzas, facultades y talentos ocultos muchas veces cobran vida y descubres que eres una persona mejor de lo que habías soñado ser.
Esa construcción es la que motiva muchas veces a seguir, aun cuando el viento sople en direcciones contrarias.

Amigos del Grupo Chillán Antiguo, gracias por estar física y en espíritu la tarde de ayer, como toda obra humana es materia de seguir perfeccionando y pido disculpas si hubieron errores

Muchas veces el reloj no va de acuerdo con el tiempo, un objeto y un concepto, en paralelo pero nunca unidos. Sirvan estas palabras para entender, la tranquilidad de un proceso, donde los silencios se respetaron.

Hace tres años, a través de la tecnología que nos irrumpe a veces con insolencia, reverti el mensaje de la globalización, creando un Grupo, que le puse por nombre Chillán Antiguo, acote las intensiones oscuras de la internalización y trate de usar lo que estaba a nuestro alcance para armar nuestra biografía alquímica como ciudad.

En ese derrotero nos vimos involucrados una red fraterna de amigos, y nos sumergimos sin querer en “otro” Chillán; no el oficial sino el paralelo a los libros; el escondido; el misterioso, del que se habla, pero que no está registrado.

De esa compilación, donde participan los vecinos anónimos y que enriqueció mi mirada de hombre y de chillanejo; y donde el aporte voluntario de los baúles comenzó a formar y entretejer nuestra memoria emotiva y colectiva. Donde ese material gráfico, guardado, que solo le pertenecía a ese pequeño grupo familiar, se transforma en parte de nuestra memoria de ciudad; personas, familias, arquitectura, barrios...todo lo imaginable que estaba a punto de extraviarse por el mundanal devenir del progreso, o que ya inevitablemente pensabamos que estaba perdido y estaba rescatado en alguna pieza fotográfica guardada en un archivo personal.

Esto, fue dando paso a otros resultados; a un blog muy simple, pero que por su contenido fue incorporado en la red de la DIBAM, y al año galardonado como uno de los Proyectos Bicentenarios por el rescate del patromonio de Chillán, en la ciudad de Santiago.

Un trabajo, silencioso, donde se van incorporando redes de amigos que junto vamos expresando nuestras visiones que tenemos de ciudad, y a través de tertulias fraternas reconstruyendo atávicamente nuestra historia.

En esa búsqueda de ignorados rastros y en el sondeo de calles y pasajes de barrios de Chillán, comenzamos un viaja hacia atrás, un regreso hacia lo profundo.

Los recuerdos y esos fragmentos iconógráficos son huellas que nos dejaron, de tal manera que al regresar sepamos donde quedamos. Por lo tanto debemos ver los recuerdos no como una reliquia del pasado, sino como catalizadora de futuro y el reto de la Corporación Patrimonial Chillán que ayer tarde simbólicamente se reunió, es muy sencillo y a la vez complejo es el de ”obligarlos” a recordar e incorporar en nuestros imaginarios aquellos recuerdos de un Chillán que ya no existe, de un Chillán que se desdibuja a veces por una Globalización que irrumpe con grosería.

Reciban mi eterna gratitud….

martes, 28 de junio de 2011

Patrimonio e identidad, piedra angular de la memoria colectiva

p. Patricia Orellana Cea.
Periodista Cultural, Diario La Discusión - Chillán



Chillán posee un patrimonio amplio y diverso. Es una ciudad moderna, que surge después del sismo de 1939 con técnicas de avanzada en construcción, pero que integra a los antiguos barrios.

La ciudad de Chillán está próxima a cumplir 431 años desde que fuera fundada un 26 de junio de 1580 por el mariscal Martín Ruiz de Gamboa. Cuatro siglos y tres décadas de un caminar que está cruzado de nutrida historia hecha de sudor y lágrimas, como perfectamente podría decir más de alguien.
“Silla del Sol” se le dice, y el franciscano, músico y poeta fray Ramón Angel Jara, autor de un poemario con este nombre, argumenta que se denomina así, porque aquí de verdad, el sol se sentó en su silla, aludiendo a los calurosos estíos nuestros. Los terremotos han sido la muestra de cómo la mano de la naturaleza se ha manifestado de forma categórica y ha determinado la vida y la historia de la ciudad y de sus hijos. El del 20 de febrero de 1835 deja a la ciudad tan devastada que por decisión gubernamental se le busca un nuevo emplazamiento. Se vive así lo que se reconoce como la cuarta fundación de Chillán. Es la ciudad que hoy conocemos, la anterior es el actual Chillán Viejo.
Comienza así y a partir de noviembre de 1835, la configuración de la nueva ciudad, con sus hitos más importantes como edificios públicos, plazas, iglesias, mercado, barrios, etc. Todo lo que en un amasijo vital va conformando el devenir de la comunidad chillaneja. De acuerdo a los registros, el año 1887 se da forma a lo que conocemos como las cuatro avenidas: Brasil, Ecuador, Argentina y Collín. Ya con ello, Chillán pasó a ser la ciudad de las cuatro fundaciones y las cuatro avenidas. La naturaleza del chillanejo pareciera ser contar con la capacidad de renacer constantemente, de emerger con fuerza después de cada tragedia y tener, lo que es una cualidad propia del ser humano, de reencantarse, reinventarse y seguir caminando.
El terremoto del 24 de enero de 1939 deja una vez más a Chillán en el suelo, pero esta vez con una cantidad de vidas que se perdieron que hasta el día de hoy cuando se escucha parece difícil de procesar. Más de 25 mil, se dice. Lo cierto es que en medio de tanta muerte y desastre, no fue posible inscribir defunciones y nada que se le pareciera. Los historiadores señalan que el Chillán que se perdió en la noche del 24 de enero, era una ciudad hermosa, con construcciones de gran estética y con todo lo que una urbe requiere. ¿Qué le queda a Chillán de esa ciudad que se levantó con la cuarta fundación? Hasta donde sabemos, pareciera que el único vestigio que está en pie de ese tiempo, son los antiguos muros del antiguo convento de San Ildefonso de los Franciscanos, territorio patrimonial ubicado en calle Sargento Aldea frente a la Plaza San Francisco. En construcción maciza de adobe con grandes vigas de madera y en dos plantas, con muchas áreas deterioradas por numerosos sismos, teniendo como corolario el del 27 de febrero de 2010, aún sigue en pie y guarda su señorial belleza, que con su patio-jardín con palmeras, limoneros y otras especies, invita a la paz y la reflexión. No se sabe de intenciones organizadas que se interesen por conservar este emblématico espacio a todas luces patrimonial.
En el mismo recinto se levanta la casa parroquial, el Colegio San Buenaventura y la iglesia parroquial, templo que sufrió daños severos el 27 de febrero de 2010 y que hoy está en vías de restauración y rescate en lo que es su nave central. Es una construcción de estilo románico con tres grandes naves que fue proyectada por el arquitecto italiano Eduardo Provasoli y terminada por su similar, el francés Víctor Auclair. Hoy se recupera gracias a un proyecto del Consejo Nacional de la Cultura y las Artes que otorgó 100 millones de pesos (fondos para edificios patrimoniales que no son monumentos nacionales). Faltan 60 millones que la orden está gestionando junto a su comunidad.
El Chillán que se levantó posterior a 1939, es una ciudad catalogada como moderna, aquí convergieron arquitectos audaces en ese tiempo, que utilizaron el hormigón armado, (la iglesia de San Francisco había sido levantada con esta nueva técnica); además de una nueva concepción de la utilización de la luz. Con otra novedad, el mirar a la altura y construir en más de una planta y, con jardines a la calle. El movimiento alemán Bahaus se replica en la ciudad y las casas que aún se conservan, constituyen un importante patrimonio. Chillán cuenta con un barrio cívico moderno y en el estilo que impusieron los arquitectos de la reconstrucción. Surge así el edificio ícono de la ciudad: la Catedral, proyecto del arquitecto Hernán Larraín Errázuriz, quien también proyecta el inmueble del diario La Discusión. Otro patrimonio arquitectónico local, al igual que la estación de Ferrocarriles, Bomberos y otros.
¿Cómo se mira y se conserva; cómo se pone en valor toda esta amalgama de la ciudad que incluye también barrios patrioniales como Santa Elvira y otros? Bueno, naturalmente con recursos para conservar y para promover políticas que llevan a crear una conciencia en lo que se refiere a memoria colectiva, identidad y patrimonio.
Preguntamos al arquitecto Carlos Inostroza (Concepción) experto en temas de arquitectura patrimonial, cómo ve a este Chillán tan histórico. Nos señala que se trata de una ciudad colonial importante en la Región del Bío Bío. “Su historia así lo demuestra, desde sus inicios. Es una mezcla de vida urbana y de vida agrícola y ganadera que sigue siendo, a través del paso del tiempo algo vivo y permanente en ella, y que ha determinado lo que es como sumatoria. Después del terremoto de 1939 emerge como una urbe moderna, pero que conserva su sello. Chillán tiene sin duda mucho patrimonio y también muy diverso, ¿cómo conservarlo?, esa es la gran tarea”.
Añade el profesional que lamentablemente el particular no tiene, no cuenta, con una política estatal que le favorezca para poder conservar este patrimonio como sucede en otros países.
“Tiene gravámenes, pero no apoyo y sin duda eso influye fuertemente en la desaparición de inmuebles patrimoniales en Chile”. Hay que cambiar de mirada, señala el profesional.

Cinco acontecimientos de la intrahistoria chillaneja

Marco Aurelio Reyes Coca
Decano de la Facultad de Educación UBB




Sin duda que al margen de la historia oficial o canónica, existe una intrahistoria que subyace, pero no está destacada ni en libros o textos. A continuación 5 de esos capítulos destacados en los más de cuatro siglos de Chillán.

1.- La destrucción del primer Chillán, en 1598, por el gran alzamiento indígena, fue precedida por el éxodo de la población hacia Duao (en el Maule). Encabezaba la expedición de los 300 emigrantes la venerada imagen de la Virgen María, la Bella Peregrina. Los enardecidos indígenas, que habían demostrado especial ferocidad, e incluso habían prendido fuego a la ciudad, contemplaron impotentes la peregrinación encabezada por la Santísima Virgen María, dejando pasar a los españoles, sin realizar manifestaciones de hostilidad.

2.- Nuestra Señora del Rosario, venerada por los dominicos, seguiría en la memoria colectiva de los chillanejos, durante el infausto terremoto del 1751, que provocó el traslado de la ciudad al Alto del actual Chillán Viejo. Todos los presentes pudieron presenciar el portentoso milagro del sudor y lágrimas de Nuestra Señora del Rosario.
3.- Durante los sucesos del traslado de la ciudad al actual emplazamiento, a raíz del terremoto de 1835, llama la atención el curioso y popular plebiscito convocado por el párroco José Antonio Vera, el “Chilote”, así llamado por sus actitudes poco pulcras y demasiado populacheras. Llamó a los chillavejanos a no trasladarse a la nueva ciudad, posición triunfante en el plebiscito especialmente por los más desposeídos. Sin embargo, no logró impedir el traslado decidido por el Gobierno del Presidente José Joaquín Prieto. El cura Vera sólo logró que los pobres de la ciudad permanecieran en el pueblo viejo o arruinado.

4.- Las primeras huelgas de obreros en Chillán desde 1892 en adelante, demuestran la actividad sindical, a pesar de no ser una ciudad industrial ni portuaria. En 1892, se registran dos movimientos huelguísticos: de los ferroviarios, paralizando el transporte de carga; y otro, el de los vendedores del mercado, unos 500, que exigían la prohibición de ingreso de las carretas con frutas y legumbres, exceptuando los días sábados.
En 1905, se realiza en Chillán el Primer Congreso Obrero, que entre otros acuerdos, solicitaba al Gobierno, el término de las inmigraciones. La prensa obrera chillaneja mostraba el discurso de resistencia de los trabajadores hacia el sistema económico imperante.

5.- Durante el período de la llamada “Cuestión Social”, de 1891 en adelante, se destaparon los más serios problemas económicos y sociales que afectaban a los grupos vulnerables de nuestra sociedad, pero al mismo tiempo, mostraban la decisión de estos sectores para enfrentarlos de modo colectivo. Uno de ellos fue el angustiante problema de la vivienda, por el crecimiento demográfico de la ciudad ante el éxodo rural. Entre 1919 y 1925, se crea la Liga de Arrendatarios, que entró en escena, como en otras ciudades, a través de las huelgas de arrendatarios de conventillos que proliferaban, especialmente en las avenidas que cerraban la cuadrícula urbana: Argentina, Ecuador, Collín y Brasil.

Centro Cultural para Chillán; nada nos impide soñar...

p.Gladyz Bornand Pérez /presidente grupo Corp. Tanagra Chillán.

En este momento tenemos la oportunidad de hacer historia. De hacer patrimonio.
Nada nos impide soñar, pensar e imaginar el edificio más moderno y emblemático que Chillán y sus habitantes se merecen tener, un Centro Cultural Integral, un edificio que permanezca a través del espacio tiempo, como un nuevo patrimonio para las nuevas generaciones.
Un edificio especialmente diseñado para nuestra era actual, para nuestras necesidades actuales.
Que perdure 80 años o más en el futuro, cuyo diseño arquitectónico tenga el más adecuado y óptimo funcionamiento en los espacios de acuerdo a las necesidades del desarrollo del Arte y la Cultura en una ciudad pujante.
Un edificio con tecnología moderna, diseñado en forma inteligente y lógica. Que tenga la flexibilidad tanto en la estructura como en los sistemas, para ir adecuándose a las nuevas tecnologías entrantes, incrementando así la vida útil del edificio.
La automatización de las instalaciones con la domótica perfecta. Con ahorro energético y cuidado del medio ambiente, usando nuevas energías renovables, como la energía solar, por ejemplo.
Que sea un Centro Cultural Modelo en Chile, como una manera de demostrar que verdaderamente existe la descentralización.
Que la plusvalía del terreno sea equivalente a su equipamiento, un edificio de 8 pisos, con 3 subterráneos, para salas de exposiciones, bodegas y estacionamientos.
Un teatro principal dotado con todo el decoro necesario y digno de un teatro y sin olvidar la acústica, por supuesto.
Muchos camarines, amplios baños, talleres, salas de ensayo, varias salas para conferencias y distintas otras actividades, una video biblioteca de las artes, oficinas, cafeterías etc.

Resumiendo, que cada disciplina de las artes tenga su espacio bien equipado y lógicamente bien diseñado y distribuido.
Les animo a mirar hacia el futuro, a imaginar, a meditar sobre la posibilidad de tener un edificio nuevo, inteligente y sustentable.
El horizonte siempre es más amplio y más profundo de lo que pensamos.
Démosnos la posibilidad de proponer, solicitar este planteamiento ante el Ministerio de Cultura.




Gladys Bornand Pérez.

viernes, 15 de abril de 2011

ESCUELA NORMAL DE PRECEPTORES de CHILLAN

Máximo Beltrán / Guillermo Sepúlveda
p. Corporación Patrimonial Chillán (e.f)


Los profesores normalistas fueron los impulsores de una educación de calidad en Chile; en Chillán no fue la excepción, su Escuela Normal de Preceptores (nombre original) se había fundado el 17 de abril de 1888 y cesó a mediados de los años 70. Ubicada en sus inicios en la calle Deuco (hoy Avenida O´Higgins) frente a Plaza La Victoria y culminando sus días en lo que es hoy el Campus La Castilla de la Universidad del Bío Bío.

Pertenecemos, creemos; a una de las últimas generaciones que recibió la rica educación de aquellos baluartes de un sistema educacional de excelencia y hoy la Corporación Patrimonial Chillán viene agradecer al profesor normalista que nos educó, de aquel que nos enseñó parte de los fundamentos de nuestro desarrollo personal, nos enseñó a ser personas, nos enseñó a ser responsables, nos enseñó a convertirnos en un ser humano. Huelga decir que todo esto en una “escuela pública”, bajo un Estado generoso y cumplidor que nos llevaba de la mano y nos permitió a muchos dar el salto crucial que hoy tantos y tantos está inhibidos de poder efectuar.

Sin duda aquellos profesores llevaron consigo el título de “Maestros”, galardón que solo llevan aquellos que dejan huella, orientan, conducen, con amor acompañan y te ayudan a entrar en el sendero.

Hoy en día en dónde las salas parecen circos y más que educación se enseña como entretener al alumnado en una gran devacle de competencias mercantiles; el legado de estos “maestros” trasciende más allá de las ruinas materiales. ¿Quién no recuerda todavía esas lecciones de disciplina, pero más allá, de autodisciplina escolar? ¿Acaso las modalidades más “modernas” han logrado lo que, con sólo pocos años, aprendimos con los profesores normalistas? Cuando la educación era vocación; estos héroes existieron y, esperamos que ese legado trascienda más allá de unas cuantas generaciones; en ello estamos maestros, gracias. Pero esto no es congelar el pasado, sino fundamentalmente reconocerse en el pasado para empezar a reconstruir una Educación para Chillán con todo lo que fuimos y somos.

Al profesor Normalista nuestro gran reconocimiento y que sea este un llamado hacia la recuperación de sus enseñanzas que aún siguen en la mirada de la eternidad histórica.



Escuela Normal de Preceptores (nombre original) de Chillán, ubicada en calle Deuco(hoy Avenida O`Higgins), 1927.


Escuela Normal de Preceptores (nombre original) de Chillán, ubicada en calle Deuco (hoy Avenida O`Higgins), 1910.

lunes, 4 de abril de 2011

ESCUELA MEXICO & MUSEO

p.Máximo Beltrán / Guillermo Sepúlveda
Corporacion Patrimonial Chillán (e.f.)




Otra vez la presencia foránea intenta modificar algo ya establecido en pos de un sueño de pocos. Me refiero a la Escuela México, que insistentemente el sr. Mariano Fernández pretende convertir en museo. Huelga decir que discrepo ante tan descabellada idea, propiciada por un sr, que no es de los nuestros.

La Escuela México ya es un Museo, quizás no de aquellos templos del saber que manejan las llaves unos pocos, sino de aquellos Museos que estan insertos en la comunidad y que se funden en el tránsito de cada dia.

Pretender desalojar a la Comunidad Eduactiva del gran Museo al aire libre como son sus Murales; y dejar el actual edificio como museo se romperia el sueño de aquellos hombres del 1940 que fundieron el rol cultural de aquellos insignes murales con el rol educativo; que dio una pléyade de hombres chillanejos que vivieron sus letras primarias con el goce estético de una obra inigualable en la historia de Chile.

El desarraigo que propicia el sr. Fernández es similar al que alguna vez hicieron los nuestros cuando de forma antojadiza decidieron tapar los adoquines a favor del seudo-progreso y que continuaron los del presente con la total desmantelación de una de las marcas identitarias de aquel Chillán del 1900.

La Gran Labor Educativa de la afamada Escuela México exige una mayor apertura hacia la acción de los gestores de la Cultura. Esto explica tan desatinadas propuestas. Se cree que “encerrando la cultura” se podrá conservar el Patrimonio, cuando en realidad es la generación de espacios públicos de reflexión y acción cultural los que en realidad permiten a una Comunidad surgir y salir adelante. Es hora de pensar en la posible generación de un Centro Cultural Escuela México y hacerlo caminar en pro de mayores actividades para con la Comunidad de Chillán en su Totalidad. Esto implica no sólo la apertura externa sino que además la colaboración de todos los estudiantes pertenecientes a tan prestigiosa Institución Pública. Posiblemente en años venideros podremos ver Escuadras Culturales formadas por Estudiantes: artistas, pintores, poetas, pero además, matemáticos, científicos sociales e historiadores.

Los invito a reflexionar para que tengamos cuidado y dejar constancia pública que un gran número de Chillanejos estamos en desacuerdo ante la tajante insolencia por nuestra memoria que propician un grupo no menor que amparados en la escuela del facilismo destruyen a destajo lo que construyeron los hombres grandes de nuestra tierra.


domingo, 3 de abril de 2011

Religiosidad en Chillán: Entre el Hispanismo y el Tradicionalismo Local.

Guillermo Sepúlveda Castro
Licenciado en Sociología y Gestor Cultural





Si lo que se pretende es hablar de la religiosidad en Chillán no podemos negar su gran diversidad, la cual sin lugar a dudas es una de las características socio-culturales más manifiestas a la hora de hablar de la espiritualidad chillaneja. Esto, desde sus inicios como comunidad orgánica ha sido así y es muy probable que permanezca vivo en la retina de quiénes pertenecemos a esta Tierra.
En sus inicios, las primeras órdenes religiosas que empezaron a instalarse en tierras chilenas fueron diversas. Cuentan las crónicas que Don Diego de Almagro ya traía en sus empresas de conquista a los representantes históricos de la actual Orden de la Merced ubicada actualmente al frente del Mercado de Chillán. Junto a ella además acompañan el bautizo sagrado del territorio: Dominicanos y Franciscanos. Estos últimos con un fuerte arraigo monárquico, lo cual sin duda marcó la historia viva de los miembros de la comuna de Chillán, tal y como lo atestiguan autores como Valenzuela (2005) en un artículo altamente esclarecedor denominado: “Los franciscanos de Chillán y la Independencia: Avatares de una Comunidad Monarquista”.
Como es posible visualizar la religiosidad cristiana ha sido una tendencia cultural fuertemente ligada a la fundación de la comuna. Es así como las creencias del nazareno aún siguen fuertemente edificadas y con un amor patrimonial aún vivo. Como reflejo de ello es el no querer (generalizado) demoler el Templo de las Carmelitas o el guiarse al ritmo de las “Campanadas de la Catedral”. Muchas son las facetas de este espíritu religioso, apelando desde el “sentido patrimonial” y llegando inclusive hasta nuestros dialectos en privado.
Contemporáneamente muchos hablan de la pérdida de este espíritu, pero si uno realiza el ejercicio de escuchar y comprender el dialecto del chillanejo, pronto dará cuenta que esto no es así. El ejemplo más claro de ello es la forma de designar las la mayoría de las Plazas de la comuna, las cuales son denominadas por sus Templos Cristianos más próximos y no por su nomenclatura histórico-militar: Plaza Sargento Aldea (llamada “La Merced”), Plaza General Lagos (denominada “San Francisco”) , Plaza Héroes de Iquique (llamada “Santo Domingo).
Son estas marcas culturales las que han hecho de la religiosidad chillaneja el girar en torno a un Tradicionalismo Histórico, emergente desde los primeros años de la fundación de la comuna, pero a la vez por el culto diverso hacia diversas santidades aún vigentes. El Alma de Chillán vive aún en las sombras de esos templos sagrados y sacralizados por sus propios miembros. Es tarea de todos reconocer la enorme historia religiosa que posee esta comuna, tierra aún poderosamente mística y arraigada en altivas virtudes de religiosidad cristiana e hispánica.


viernes, 25 de marzo de 2011

Vicente Méndez Urrejola ( 1858 - 1929)


p.Patricia Orellana

Dn.Vicente Amador Méndez Urrejola, uno de los personajes más destacados de la zona. Durante trece años fue intendente de Ñuble, cargo que desempeñó con tanto acierto que es recordado por su labor de progreso y desarrollo y como una de las autoridades más importantes de la provincia, en la perspectiva del tiempo. De hecho una de las arterias principales de nuestra ciudad lleva su nombre, “Avenida Vicente Méndez Urrejola”. ¿Cuánto se conoce hoy de este ilustre ciudadano y excelente servidor público?
En una sencilla tumba en el Cementerio Municipal descansan sus restos. Tal vez sería interesante un recordatorio más justo y eficiente, con aquellos que tanto entregaron en vida a Chillán y su comunidad.
Manuel Antonio Grez Ibáñez, médico, reside en Linares, y es bisnieto de don Vicente, recuerda con orgullo este aniversario de su fallecimiento. “Me gustaría saber si se ha cumplido aquello que se dijo ante su tumba el día de sus funerales y que registró tan minuciosamente el diario LA DISCUSIÓN, que su ejemplo sería recordado por las generaciones venideras”.



DON VICENTE: SERVIDOR PUBLICO
Nació en Concepción un 5 de abril de 1858; hijo de Francisco Méndez Urrejola y de Leonor Urrejola Unzueta de Méndez, realizó sus estudios en el Seminario, entre otros establecimientos educacionales. Al fallecer su padre se radica en Chillán, con el propósito de administrar los fundos “Bustamante” y “El Colchón”, que conformaban parte de su herencia. Crónicas de la época señalan que, caballeroso e inteligente, supo ganarse en breve tiempo un espacio destacado en la sociedad chillaneja. Resaltaba, entre sus cualidades su gran espíritu público y su proverbial generosidad. Casó en primeras nupcias con Amelia Mathieu; al enviudar desposa a Elena Binimelis y más tarde a Olimpia Ibáñez.
El año 1907 asume como intendente de Ñuble, cargo en el que sirvió durante trece años. Es recordado por la gran labor realizada, que trajo progreso y desarrollo a la provincia. Deja la Intendencia en 1920 para dedicarse a sus asuntos personales. Fueron numerosas las obras llevadas a cabo bajo el impulso de este buen servidor público. Destacan entre estas, el Tren Chico a las Termas, la concreción finalmente del hermoso edificio de la Intendencia, que se perdió para el terremoto de 1939.
Las obras de alcantarillado y de mejoramiento del servicio de agua potable para Chillán, fueron uno de los grandes logros de su período; tarea que llevó a cabo con otro destacado servidor público, el médico José María Sepúlveda Bustos, en ese entonces alcalde de Chillán. El sentido de la justicia, igual para todos, llevó a don Vicente a la construcción de la Población Obrera y a la fundación de entidades para este segmento de la población. Además le cabe gran responsabilidad en la instalación en la Plaza de Armas del monumento al Padre de la Patria; fue impulsor también del ferrocarril a Rucapequén en primera instancia, luego a Confluencia y más tarde a Tomé.
Manuel Grez, su bisnieto, asegura que ha conocido todas estas grandes obras y adelantos para Chillán a través de la familia y sus obras. Orgulloso de sus orígenes, asegura que “sin duda fue un personaje especial, que es recordado por sus cualidades y bondades”.





Don Vicente falleció el 2 de marzo de 1929, a la edad de 71 años, en el Hospital de la Caridad de Chillán, establecimiento que favoreció constantemente con su reconocida generosidad. Su muerte produjo consternación y pesar público. Una apendicitis no reconocida a tiempo volvió infructuosos los esfuerzos desplegados por médicos y su familia por salvarle la vida. LA DISCUSION relata paso a paso los días previos a su muerte, su deceso y los funerales masivos. Fervoroso católico, recibió del obispo Martín Rücker los sacramentos y en sus funerales, luego de la intervención de numerosas oradores, fue quien tuvo a su cargo el responso final.


La Discusión 26 de marzo de 1929

IMPONENTES RESULTARON LOS FUNERALES DEL EX –INTENDENTE DE ÑUBLE, DON VICENTE MÉNDEZ URREJOLA

A la misa de honras, que se ofició en el Templo de los Carmelitas, asistió una concurrencia desbordante, formada por los elementos más representativos de Chillán y de la provincia entera.- La concurrencia de los restos al Cementerio.

Los discursos.- El intendente habló en representación del Gobierno.- El Alcalde lo hizo a nombre de la ciudad.

A las diez de la mañana del Domingo recién pasado se llevaron a efecto con toda solemnidad los funerales del ex- Intendente de Ñuble e ilustre hombre público, don Vicente Méndez Urrejola.

LA MISA DE HONRAS
A la hora anunciada se dio comienzo a la misa de honras por el descanso del alma del extinto en el Templo de los Padres Carmelitas.
El Templo se encontraba enlutado en forma imponente. En la nave central se erigió el túmulo sobre el cual se colocó la urna mortuoria, cubierta de coronas
EN EL CAMPO SANTO
Llegado el cortejo al Cementerio, se condujo la urna hasta la sección de nichos donde iban a ser depositados los restos mortales.
No menos de quinientas personas se encontraban presentes en esta ceremonia, sin que fuera posible materialmente anotar sus nombres.

LOS DISCURSOS
Antes de procederse a la inhumación de los restos, hicieron uso de la palabra las siguientes personas.
El Intendente de la Provincia, don Emilio Günther, en representación oficial del Gobierno.
(Don Emilio Günther Ulbrich nació el 25 de julio de 1978. Marino de carrera, estudió en el Escuela Naval, cadete y capitán de navío en 1924.Intendente de Llanquihue y Chiloé en 1927, en el primer período presidencial de Carlos Ibáñez. Ayudó en la formación de la comuna de Fresia. Alcalde de Puerto Montt en el año 1928, una de sus calles lleva su nombre. Docente en liceo de niñas de Valdivia.)( Tenía 48 años)

El Alcalde de la Comuna, don Armando Martín a nombre de la ciudad.
(Don Armando Martín Villalobos, nació en Chillán el 28 de marzo de 1891, Agricultor, Diputado y filántropo. Regidor y alcalde de Chillán. Diputado por Chillán, Bulnes y Yungay entre los años 1937-1941.Director del partido Liberal. Intendente de Ñuble .Durante el terremoto del 39 donó terrenos para el hospital, (que lleva el nombre de su tía paterna) y para la catedral. En 1939 apoyó con su voto la creación de la CORFO. Murió en Chillán el 25 de julio de 1969.)( Tenía 78 años)

El Presidente del Rotary Club, don Guillermo Jones.
El señor J.M. Flores Millán quien se refirió al reconocido desprendimiento y filantropía de don Vicente Méndez.
Finalmente habló don Santiago Fernández, a nombre del Magisterio Primario de Ñuble.
Damos a continuación algunos de los discursos.

Discurso del señor Intendente de la Provincia (Don Emilio Günther)
“Señores”:
“El Excmo. Señor Presidente de la República (primer gobierno de Carlos Ibáñez del Campo) me ha encomendado el honroso encargo de representarlo en los funerales del eminente ciudadano y servidor público don Vicente Méndez Urrejola; al mismo tiempo es este un penoso deber pues de un hombre que supo ligarse con hondos y afectuosos lazos a esta ciudad y a esta Provincia.
El señor Méndez, no obstante ser un hijo de Concepción dedicó sus mejores energías a servir a esta zona. Su recuerdo vivirá perennemente en esta Provincia a la que sirviera con tanto civismo y en donde están como testigos de su labor innumerables obras de progreso. Entre otras es justo recordar que a él se deben principalmente el Ferrocarril a las Termas, la construcción de la Casa Consistorial, el Alcantarillado y mejoramiento del Servicio del Agua Potable.
Distinguieron al señor Méndez notables virtudes de caballero sin tacha y de mandatario meritísimo; a su alrededor se acallaron pasiones y se olvidaron intereses para seguir únicamente la línea que su ideal le trazaba para servir a esta tierra a la que dio sus mejores afectos y mejores energías.
En la amplia labor desarrollada en la Intendencia de Ñuble y en su vida privada por el extinto es justo recordar como un nuevo galardón para su memoria, que no olvidó el auxilio a los desamparados, los que un noble rocío de su corazón recibieron jenerosa ayuda.
Caracteres como los del señor Méndez son una felicidad para los pueblos en que viven y deben señalarse como un ejemplo a las generaciones que se levantan.
Señores; su recuerdo cariñoso de hombría de bien, su caballerosidad única vivirá eternamente entre nosotros y sus obras serán recordadas por las generaciones venideras haciendo llegar hasta su tumba fría sentimientos de un afectuoso recuerdo.”

Del Presidente del Rotary Club, don Guillermo Jones
“Señores”:
“La ciudad de Chillán se ha sentido profundamente conmovida con el sensible fallecimiento de uno de sus elementos más distinguidos. En medio de la consternación de sus amigos ha emprendido el viaje eterno don Vicente Méndez Urrejola. Caballero de condiciones excepcionales,
gran señor en todos sus actos. Su nombre y su recuerdo permanecerán entre aquellos que pudieron conocerlo y especialmente entre aquellos que supieron apreciar las bondades de su corazón y la nobleza de sus sentimientos.
De noble y arrogante fisonomía, de inteligencia vigorosa, todo en él predisponía al respeto y al cariño de cuantos lo trataban.
Y para que referirse a su filantropía proverbial. Pudo faltarle en ocasiones con que atender a sus necesidades más premiosas pero su corazón y su fortuna estaban siempre listos al servicio de los demás.
No pretendo poder hacer en estos momentos hacer un bosquejo de la personalidad de este caballero sin tacha que deja entre nosotros un sitio que siempre permanecerá vacío: quiero solo con estas modestas palabras el más cordial y cariñoso homenaje en nombre de sus amigos a sus virtudes y a su recuerdo que sabremos conservar rodeado del respeto y del afecto más sincero.

De don José Manuel Flores Millán, (notable vecino y hombre público, casado con Rosa A. Castelli, padres de Víctor, quien fuera el cuarto presidente del Colegio de Abogados de Chillán)
.
“Señores”:
“No llego hasta este sitio a poner de relieve las virtudes que adornaban a don Vicente Méndez Urrejola como mandatario progresista que amó intensamente esta región y dejó huellas imborrables de su gran iniciativa y espíritu público.
No vengo a recordar al caballero sin tacha, jenuino representante de los antiguos hidalgos castellanos.
No llego hasta aquí trayendo la aguda ocurrencia de la frase jenial que en labios de don Vicente era como el estilete más sutil y lapidario hasta matar la reputación de falsos super hombres.
Vengo a esta tumba trayendo el delicado perfume de la gratitud de aquellos innumerables pobres que siempre encontraron pródigas y abiertas al bien las jenerosas manos de don Vicente.
Vengo representando a aquellos que a estas horas musitan la más sentida plegaria por el hombre sin egoísmo que rompiendo convencionalismos y añejos prejuicios elevó su espíritu y su acción a las más puras regiones de humanidad y verdad.
Ojalá que sobre esta tumba florezca la flor que penetre el corazón de tantos egoístas que cruzan la vida sin hacer el menor bien a nadie y sin dejar tras si el menor recuerdo ni la más pobre gratitud”.

Homenaje del Magisterio
Una comisión designada por el Director Provincial de Educación y compuesta por la señorita Ema González Núñez, Directora de la Escuela Completa N°10 , don Juan Santiago Fernández Lagos, jefe de la sección contabilidad de la Dirección Provincial, don Abraham Sepúlveda Pizarro, Inspector Escolar del Departamento de Chillán y don Miguel Ortega González, Director de la Escuela Completa N°12 de Chillán, depositó en la loza fúnebre una artística corona con la siguiente dedicatoria: El Magisterio Primario de Ñuble a don VICENTE MÉNDEZ URREJOLA. Chillán 23 de marzo de 1929.

El señor Juan Santiago Fernández Lagos (Jefe de sección de contabilidad de la Dirección Provincial de Educación) leyó el discurso que damos a continuación y que pronunció en nombre del Magisterio Primario.
“Señores”:
“Como lección objetiva para futuras generaciones el Magisterio Primario recoje la augusta vida pública y privada de don VICENTE MÉNDEZ URREJOLA, su extraordinario empuje y prodigiosas iniciativas en bien de Chile, sus sobresalientes cualidades de caballerosidad, gran señor y singulares facultades de realización.
En su muy noble tarea de atender todas las necesidades, todos los servicios de la Provincia, demostró poseer el mágico talismán que auna voluntades, coordina ideales y hace imbatible toda cooperación social.
Durante el tiempo que actuó como Primer Mandatario de la Provincia, ligó su nombre a positivas obras de bienestar social y de imperecedero recuerdo en el progreso regional de Chile;
El Buen Pastor, el Hospital de la Caridad, instituciones obreras, servicios de agua potable y alcantarillado de la ciudad, la casa Consistorial y el Ferrocarril a las Termas son elocuentes testigos.
Abnegado servidor del pueblo, ferviente propulsor del progreso regional de Ñuble, la Escuela Primaria, a quien represento aquí, subraya vuestro nombre al lado de los preclaros hijos de Chile, como ejemplo palpitante del esfuerzo constructivo de los hombres selectos”.

(Hablaron en nombre de la familia su primo y Presidente de la Cámara de Diputados, José Francisco Urrejola Menchaca, (tenía 48 años), su primogénito, Vicente Méndez Mathieu (tenía 49 años) y su hijo abogado, regresado de USA, Octavio Méndez Binimelis, (tenía 31 años) quienes valoraron la personalidad de Don Vicente y agradecieron a nombre de la familia su asistencia a tan emotivo acto)

El responso final
Terminados los discursos, el Iltmo. Señor Obispo de la Diócesis, Mons. Dr. Martín Rücker Sotomayor, dio el responso final, con lo cual se dio por terminada la ceremonia de sepultación de los restos del respetable y distinguido caballero, don Vicente Méndez Urrejola, cuyo sensible fallecimiento ha sido tan hondamente sentido en todos los círculos de la Provincia de Ñuble y en el país entero.
Despidieron el duelo los miembros de la familia del extinto.

martes, 15 de marzo de 2011

Vestirse en el Siglo XIX e inicios del XX: El inicio de la extranjerización cultural

p.Guillermo Sepúlveda Castro
Licenciado en Sociología


La vestimenta de los viejos habitantes de la comuna viva de Chillán se encontraba caracterizada por una cultura enraizada en el hombre adulto. Esto, que puede parecer bastante lejano a las concepciones modernas del vestir, fue y marcó una tendencia y moda. La razón fundamental de lo que podría definirse como un cierto “adultocentrismo” fue la fuerte importancia que adquiría la generación adulta en el desarrollo económico, cimentado por el trabajo manual y la histórica productividad agrícola de la comuna. Este, sin duda es un sello de sus tendencias sociológicas y la gran diferencia con nuestros tiempos centrada en la “eterna juventud” o “juventocéntrica”, tema que no hablaremos aquí por ser “harina de otro costal”.
Por otra parte y de forma complementaria, el siglo XIX termina con una cruenta Guerra Civil (1891) la cual, en sus aspectos más oscuros, conlleva a fuertes divisiones. La lucha ideológica entre Presidencialistas (Balmacedistas) y Parlamentarias repercute también en la cotidianidad, trayendo consigo la fuerte influencia de la nación inglesa, ganadora real de la guerra político-económica generada por el salitre chileno. Esta victoria extranjera consolida no sólo a la apropiación de los medios de producción salitreros en nuestro norte, sino que además y principalmente, una tendencia anglo-céntrica –británica per excellence- la cual se manifiesta en el ropaje eurocéntrico y aristocratizante.
No obstante a los avances de estas tendencias, la moda histórica chilena no quedaba atrás. La clase denominada “dirigente” se vió de mayor forma influenciada por estas modas eurocéntricas y, por el contrario, fueron los sectores “populares” y campesinos los cuales aún conservaban la vestimenta generada por ellos mismos y alejada de las grandes tiendas modernistas; esto debido fundamentalmente a las fuertes raíces cristiano-católicas que aún los diferenciaban de la emergente clase alta de corte laico y adherente a la reciente consolidación estructural del modelo parlamentarista británico, el cual impera aún en nuestro siglo.
Es así como poco a poco las tendencias extranjerizantes fueron haciendo lo suyo. En lo que respecta a la estructura social del país, estas trajeron como consecuencia un alejamiento progresivo entre la emergente clase dirigente y los demás sectores. Las divisiones generadas por la Guerra Civil repercutieron así en las relaciones sociales de la Nación Orgánica y trayendo una fuerte crisis de integración. El conflicto “modernidad”/”tradición” se vio en estos tiempos fuertemente marcado.
Estas son las condiciones históricas profundas. Queda ahora reflexionar lo que queda para el Siglo XXI. ¿Hemos cambiado en demasía? ¿Refleja actualmente nuestra vestimenta la forma en que concebimos el mundo? Estas y otras preguntas quedan al tapete y son una invitación del autor, su humilde servidor, al pensar el mañana de nuestra tierra centralina.

lunes, 7 de marzo de 2011

MARZO / acontecimientos destacados ocurridos en Chillán.

1 de marzo de 1870.
Comienza a funcionar la primera sucursal bancaria instalada en Chillán, correspondiente al Banco Nacional de Chile.

1 de marzo de 1945.
Es fundada la Escuela Vocacional de Chillán.

3 de marzo de 1814.
Son apresados en Penco los hermanos Juan José y Luis Carrera y enviados a Chillán por orden de Gabino Gainza, jefe del Ejercito Realista.

4 de marzo de 1904.
Nace el pintor Dario Contreras Muñoz. Su talento artístico le valió una beca de estudios en Europa. Se desempeñó como Adicto Cultural en Lisboa u obtuvo Medalla de Plata y de Oro en el Salón Nacional. Murió en Santiago, el 27 de diciembre de 1988.

5 de marzo de 1838.
Nace en Chillán, el general Orozimbo Barbosa Puga. En la Guerra del Pacífico fue comandante y organizador del Regimiento Cazadores del Desierto y se distinguió en las batallas de Tacna, Chorrillos y Miraflores.

7 de marzo de 1853.
Bajo la presidencia de don Manuel Montt Torres y siendo Ministro de Educación dn. Silvestre Ochagavía, se funda el Liceo de Hombres de Chillán. Su primer rector fue dn. Pedro Matus. La matrícula inicial de 20 alumnos inició sus clases el 16 de mayo de 1854, con las asignaturas de latín, geografía, aritmética, religión y gramática castellana.

9 de marzo de 1871.
Es fundada la Escuela Normal de Preceptores de Chillán, el primer establecimiento profesional de la ciudad y el sur de Chile. Su primera directora fue doña Mercedes Cervelló. Sus actividades se inician en un caserón ubicado en calle Arauco esq. Talcahuano (hoy Arturo Prat), en tanto era terminado su edificio propio frente a la Plaza La Victoria de Yungay. En 1894 asume su dirección el distinguido educador don Juan Madrid, quién llevaría al establecimiento a ser uno de los mejores del país.

9 de marzo de 1999.
Es creada en Chillán la Fundación “Futa Ayeyún”, voz indígena que significa “Amor Universal”, cuyo objetivo es promocionar ayuda a los enfermos de Sida.

10 de marzo de 1992.
Fallece la pintora y escultora chillaneja Noemí Mourgues de Véjar. Combinó la docencia con una fecunda producción artística, que le valió el Premio Municipal de Extensión Cultural y Artística el año 1963. Maestra en los incios de la escultora Marta Colvin. Entre sus obras destaca el tallado escultórico en bajorelieve, directo al muro, realizado en 1945 en el hall principal del edificio de Empresas La Discusión. La composición representa a Juan Gutemberg junto a los antiguos y modernos medios de impresión.

12 de marzo de 1832.
Nace en Nebuco Pedro Lagos Marchant, uno de los militares chilenos más destacados de la Guerra del Pacífico, artífice de una de las victorias más importantes del conflicto: la toma del Morro de Arica el 7 de junio de 1880. Falleció en Concepción, el 18 de enero de 1884.

13 de marzo de 1989.
Fallece en Chillán, donde siempre vivió, el artesano Amador Isla Cea. Nacido en Los Ángeles el 21 de mayo de 1910, don Amador fue el centro de una fecunda tradición talabartera, centrada en su taller de calle Libertad. Reconocida a nivel nacional e internacional, las monturas confeccionadas por Amador Isla y sus hijos, se encuentran por todo el mundo, y han sido el recuerdo representativo de Chile que han recibido mandatarios extranjeros y personajes de la realeza europea.

13 de marzo de 2009.
Es inaugurado el sistema de iluminación de la pista del Aeródromo Bernardo O`Higgins de Chillán.

16 de marzo de 1886.
La Municiaplidad de Chillán contrata con don Tomás Mac-Hale el primer servicio de agua potable y alumbrado público a gas con que contó la ciudad.

17 de marzo de 1902.
Muere trágicamenete Raimundo Venegas. Hijo de un funcionario municipal de San Nicolás, se había establecido como comerciante en Ninhue. Mientras viajaba a Chillán portando una gruesa suma de dinero y cuando se encontraba a corta distancia de la ciudad, fue interceptado por un bandolero, quien tras robarle, le dio muerte despiadada. Fue el orígen del culto a la animita del “Finado Raimundo”.

17 de marzo de 1916.
Nace en Chillán el destacado abogado, político y escritor Volodia Valentín Teitelboim Volosky.

17 de marzo de 1919.
Comienza a funcionar la Universidad de Concepción comn un total de 123 alumnos, distribuidos en las escuelas de Destística, Farmacia, Química Industrial y Pedagogía en Inglés, la que más tarde se transformaría en la Facultad de Educación.

17 de marzo de 1931.
Nace en Chillán Sergio Hernández Romero. Poeta, profesor de Castellano y Literatura General, Española, Chilena y Medieval, miembro de la Academia Chilena de la Lengua. Desarrolló una importante producción literaria en la que se destacan “Cantos de Pan”; “Quién es quién en las letras chilenas”, “Registro” y “Adivinanzas, un libro para niños”. Falleció el 2 de octubre de 2010.

18 de marzo de 1801.
Muere el Virrey del Perú, Ambrosio O`Higgins, padre del Prócer Bernardo O`Higgins.

19 de marzo de 1814.
En lo que es actualmente la comuna de Ránquil, se registra la Batalla de Quilo, en la que tomó parte el Prócer Bernardo O`Higgins.

19 de marzo de 1940.
Es creado el “Instituto Comercial de Chillán”, bajo la dirección del educador Fernando Pérez Becerra.

21 de marzo de 1901.
Nace en Chillán don Eduardo Leupin Hutter. Su vida se caracterizó por una gran pasión por los árboles frutales y ornamentales, impulsando la arborización de diversas comunas de la Provincia de Ñuble. Destacado hombre público, fue regidor de Chillán por largo tiempo. Falleció el 18 de junio de 1988.

21 de marzo de 1985.
Fallece en México el cineasta y periodista Tito Davison. Nacido en 1912, es el chillanejo con mayor trayectoria en el cine, desarrollando durante 11 años una importatente carrera en Hollywood. Sus películas, como “Cabo de Hornos”, “El Burócrata González” y “Más allá de Pilpilco”, están consideradas dentro de las grandes realizaciones del cine nacional. También se desempeñó como Agregado Civil en la Embajada de Chile en México.

22 de marzo de 1994.
A la edad de 93 años fallece el distinguido vecino dn. Humberto Rodríguez Villalobos. Nacido en Talca el 20 de agosto de 1900, se radicó en su juventud en Chillán Viejo, desarrollando con el tiempo una importante labor como juez. Asimismo colaboró activamente en la reconstrucción de la ciudad destruída por el terremoto de 1939, ayudó a dar forma al Grupo O`Higginiano y perteneció a numerosas instituciones de carácter social.

23 de marzo de 1904.
Es inaugurada la Escuela Superior de Hombres de Chillán Viejo, levantada donde estuvo emplazada la casa de la familia Riquelme de la Barrera (familia materna del prócer Bernardo O`Higgins).

24 de marzo de 1902.
Nace en Chillán Luis Vicentini Gamba, figura de la época de oro del box chileno. Hijo de inmigrantes italianos, fue campeón del peso Welter, destacando por su mortífero golpe de derecha, que lo llevó a ser apodado “El escultor de mentones”. Fue campeón sudamericano en 1922. En 1930 peleo con estanislao Loayza, el Tani, ante cerca de 100.000 espectadores, en la que se ha llamado la pelea más importante del boxeo chileno, perdiendo por K.O. en el 10º asalto. Su última pelea la perdió con Carlos Uzabeaga en 1932, lo que significó el retiro de Vicentini, quién nunca pudo superar sus derrotas. Falleció a consecuencia de una cirrosis hepática en santiago, el 31 de octubre de 1938.

25 de marzo de 1942.
Es fundada la Asociación Deportiva de Caza y Pesca de Chillán.

25 de marzo de 1942.
Es inaugurada en Chillán la Escuela República de México, donada por el gobierno del Presidente Lázaro Cárdenas y el pueblo mexicano a raíz del terremoto de 1939. Se destacan los murales de David Alfaro Siqueiros y Xavier Guerrero.

29 de marzo de 1919.
Bajo la gestión edilicia de José María Sepúlveda Bustos, es inaugurada la Biblioteca Popular de Chillán, la actual Biblioteca Municipal de esta ciudad.

29de marzo de 1891.
Nace en Chillán el agricultor, diputado y filántropo Armando Martin Villalobos, nieto del cirujano barcelonés Pelegrín Martin. Durante la gran crisis de 1930, envió a sus empleados a buscar alimentos a sus fundos para dar a los más necesitados, formándose colas de kilómetros de largo de personas esperando su ración. Tras el terremoto de Chillán de 1939, el y su familia donaron terrenos y dinero para la construcción de la Catedral y del Hospital de Chillán, que pasó a llamarse Herminda Martin. En 1939, graias a su voto disidente, se creo la CORFO.

31 de marzo de 1951.
Se lleva a cabo el primer rodeo efectuado en la recién construída Medialuna de Chillán. El evento fue un verdadero éxito, con la participación de colleras de distintas zonas del país. El resultado de este rodeo, que fue de beneficiencia, se repartió con el 25% a favor de la Gota de Leche; 25% para la Banda Instrumental del regimiento “Chillán” y el 50% para amortizar los gastos de la también recien creada Sociedad Fiesta “El Caballo Chileno”.

lunes, 21 de febrero de 2011

CUENTO (tema terremoto de 1939)

CUANDO EL SOL SE OCULTO COMO UN ENORME GLOBO ROJO
Autor: Ángel Hernández

“Esta noche va a ocurrir algo muy malo, el sol se ocultó como un enorme globo rojo; no recuerdo haberlo visto así en toda mi vida”. “Don Cheque” había llegado a “Los Varones” en uno de los enganches, en tiempo de verano; y aquí se había quedado. Cuando envejeció, lo pusieron al cuidado del inmenso bodegón, de altos y macizos muros de adobes, donde año en año se guardaban las cosechas. Estera su lugar de trabajo y también su casa: un pequeño cuarto próximo a las pesebreras. Donde dormían por las noches algunos terneros, como el “Clavel” y la “Copito de Nieve”, nacida apenas unos días atrás.

Como había avanzado el mes de enero, a las casas de la administración habían llegado numerosos veraneantes; los más pequeños se entretenían en correr a tres pies, juego que descubrieron agregando un tercero, consistente en un palo que, tomándolo con ambas manos, lo intercalaban al correr, produciéndose al oído un fabuloso galopar, distinto al de los animales conocidos. Toda la tarde, Carlos y Felipe recorrieron los amplios patios en una singular entretención, hasta terminar rendidos al anochecer.
Las once y media de la noche los sorprendió sumidos en un sueño profundo; ambos hermanos compartieron una misma cama que les habían improvisado en el dormitorio de la mamá. Carlos estaba sudoroso y muy inquieto; él, veía su rostro angustiado, reflejándose en el espejo de un gran ropero que empezaba a moverse por si solo y que la oscuridad estaba atrapando unas llamas siniestras que amenazaban quemarlo todo. El enorme espejo colapsó, estallando en estruendoso impacto; el niño se cubrió con ambas manos al verse herido y expulsado por el aire en una lluvia de pequeños cristales dispersos, que se fueron desintegrando hasta desaparecer absorbidos por la oscuridad; los muebles se arrastraban con violencia, sin que alguien los tocara. Era una hoguera movediza que alumbraba unos rostros desesperados, unas bocas doloridas que imploraban misericordia; y ojos intensamente abiertos que ya nada podían distinguir en medio de ese infierno, donde todo se estremecía en la más completa confusión de quienes luchaban por escapar, sin encontrar una salida; voces indescifrables y lastimeras se ahogaban en la furia de las llamas que ahora trepaban por los cortinajes. Los muros empezaban a ceder; las cornisas de alto cielo raso, que ofrecían resistencia a estos muros, terminaron por desprenderse en un instante de terror, cuando unos gritos de angustia parecían provenir desde el centro mismo de la tierra, la que en su corteza se partía en numerosas y profundas grietas, enormes; cortando caminos, destruyendo puentes, desolando ciudades sumidas en el dolor.

El reflector de una linterna que la madre, con desesperación hacía girar por todos los rincones de la pieza, mostró la puerta aprisionada con el gran ropero incrustado en ella, sin permitir la salida de toda la familia que se había concentrado allí, buscando un acceso que les permitiera salvar sus vidas. Los dos niños aún no despertaban, no obstante que el reflector les había inyectado sobre sus ojos cerrados el fuego penetrante de su luz; y desde afuera el ruido ensordecedor de un gigantesco derrumbe, llegaba a sumarse a una tensión muy difícil de soportar. El espejo se encontraba desintegrado en un piso que reflejaba múltiples luces en todas direcciones. La evacuación se efectuó por fin, escalando una pequeña ventana, logrando toda la familia ponerse a salvo.

Ya en el patio, amparados por uno de los árboles más frondosos, sobre unas mantas y frazadas, que en acción temeraria alguien rescató desde el interior, se aglutinaron conmovidos, en una angustiante espera del nuevo día. El cielo estrellado del anochecer, se había ocultado tras una inmensa nube grisácea que se había elevado desde el sector de la gran bodega, la que ahora no se veía, porque al parecer el espesor de la nube era tan inmenso que todo lo cubría.

Al aclarar el alba empezó a quedar en evidencia toda la magnitud de la catástrofe. La nube se estaba disipando y una extensa mole de escombros emergió a la vista consternada de la madre, aún en vigilia del sueño tan perturbado de sus pequeños; con mucho asombre, pudo distinguir a la distancia dos siluetas de vacuno hurgueteando con vehemencia sobre los establos aplastados por muros destruidos, por maderas en brutal desorden, por planchas de zinc que se agitaban chillando con la lentitud de la brisa del amanecer; observa que, desesperadas se alejan del lugar, mugiendo doloridas, como buscando auxilio; regresando insistentemente en carreras sucesivas, que al ído de carlos, quien ahora tenía los ojos muy abiertos, las estaba sintiendo, del mismo modo que con su hermano las habían sentido al correr en tres pies, en esa última tarde en que “Don Cheque” les anunció que por la noche iba a pasar algo muy malo. Siente se correr misterioso una y otra vez, lo ubica lejano, al mismo tiempo que está oyendo también lastimeros bramidos y un sonar estruendoso de latas de techumbre que se estrellaban en la obstinada búsqueda. El niño sin duda estaba ahora despierto, no se movía y sus ojos inanimados nada parecían expresar, porque no estaba seguro si lo que ahora escuchaba era la realidad o tan solo sueños que le estaban interfiriendo su razón. Una nueva réplica hizo ponerse a todo el grupo en guardia; pero Carlos casi no tuvo noción de ello, porque estaba ensimismado en ese correr tan enigmático; lo sentía con toda nitidez; sosteniendo el aliento, lo auscultaba, cuando se acercaba más y más a ellos; hasta rodearles muy de cerca, para alejarse nuevamente. Luego, otra vez el silencio, los bramidos inútiles, los ruidos estruendosos de las latas, por ese afán desesperado de unas madres que ya nada podían hacer por el rescate de sus crías, atrapadas por los escombros.

El niño notaba que su hermano menor ya no dormía; que al igual que él se encontraba despierto o tal vez soñando, como pudiera encontrarse él mismo en ese instante; nada estaba claro, porque el sueño se había convertido en un estado irracional, confuso, infinitamente extraño; y la noche es una pesadilla interminable. Observa la casa rodeada de galerías, desde donde los habían rescatado durmiendo; se encontraba dañada, con rumas de tejas destrozadas en el suelo, mezcladas con la quebrazón total de los vidrios; pero estaba en pie, no había señales en ella de incendio alguno, lo que aumentó en él su inquietud en el plano conceptual de la palabra realidad.

Llegó por fin la mañana; los dos niños se encuentran aparentemente conscientes, se miran, pero sus ojos serenos no parecen expresar nada; era probable que ambos no se atrevieran a revelar su secreta verdad, porque a los diez o a los siete años, no era bien mirado el sentir miedo entre los niños. Ellos no olvidaban las últimas palabras que le habían escuchado a “Don Chepe”; lo esperarían, para comentar con él su vaticinio sobre el enorme globo rojo, cuando apareciera con la leche recién ordeñada de sus vacas regalonas: de la madre de “Clavel” y de la “Copito de Nieve”.

“Don Cheque” no llegaba; ya estaba demorando demasiado, pero lo seguirían esperando. El aire estaba todavía enrarecido, por lo que ellos no han reparado en lo que ocurrió en la gran bodega, con las pesebreras, ni con el cuarto de “Don Cheque”.
Tres hombres apesadumbrados, se aproximan desde ese lugar, portando un bulto sobre un carrito de ruedas; los niños no se dan cuenta de que se trata, porque lo cubre una colcha muy sucia, como si un muro de adobes se hubiera derrumbado sobre ella.