miércoles, 4 de abril de 2012

Sefardies y Asquenazí en Chillán



Máximo Beltrán
Red / Investigación Sefardies

Los primeros israelitas formales llegaron a Chillán el año 1874. Aunque ya en las carabelas de Colón y posteriormente en las avanzadas conquistadoras de España, llegaron a estas tierras.
Los primeros judíos llegaron a Chile junto a los / o como conquistadores españoles. Se trataba de judíos conversos al catolicismo (característica importante para el ingreso a las colonias), pues en la época de la Inquisición, debían ocultar en vida su origen hebreo. La mayor parte de esta inmigración ocurrió en los primeros años de la conquista, escapando de la persecusión religiosa en España, ya que en América aún no se instalaba el tribunal de la Inquisición. Diego García de Cáceres, amigo fiel y albacea testamentario del fundador de Santiago, Pedro de Valdivia, fue uno de ellos.

En la época colonial, el más destacado personaje de origen judío de Chile fue el médico cirujano Francisco Maldonado da Silva, uno de los primeros directores del Hospital San Juan de Dios. Acusado al Tribunal de la Santa Inquisición por sus hermanas -devotas cristianas- de intentar convertirlas al judaísmo, Maldonado se declaró abiertamente judío lo que le valió la condena a ser quemado vivo en 1639 (ya la Inquisición había llegado a las colonias…) A pesar del Tribunal Inquisidor, siguieron llegando a Chile familias enteras de cripto judios (personas que se "convertían" al catolicismo y en privado seguían siendo judíos)

Ya en la fundación de Chillan en 1580, están presente los “sefardíes” (judío en español) en la construcción de ciudad e historia como Ana de Toledo , Alonso de Gómez , el Capitán José de Castro, Fermín Cabrera, Antonio Lozano, o Luis de Toledo; posteriormente van llegando a la ciudad de Gamboa, los Rodríguez, Flores, Serrano, Saavedra, Córdova, Fuentes, Segura, Pérez, Acuña, Henríquez, Rojas, Pino, Montes, Parra, Salinas, Mercado, Espejo, Fierro, Islas, Ramos, Torres, Molina, Santos, Ventura, Behar, Vitta, Vera, San Martin, etc…que bajo el nombre de Sefardies fueron identificados en Chile; obligados abrazar la fé católica, se refugian en estas tierras confesando en silencio los sueños de Erezt Israel; la asimilación los esperaba, pero al mismo tiempo la vida. (el Talmud habla, salvar una vida, es salvar una generación completa…)




Los que llegaron más tarde a Chillán, a los finales del s. XIX, venían de Rusia, de Francia, de Alemania, (azquenazí) es el nombre dado a los judíos provenientes de Asiria y parte de Turquía, que se asentaron en la Europa central y oriental —principalmente en Alemania, Polonia, Ucrania, Rusia y otros países eslavos de la Europa Oriental; uno de tantos fue Wulf Cusacovich Kreer que se instaló con almacén, tienda y agencia, otros los Teitelboin, Hair, Baabor, Timerman, Salama, Voñockinsky, Schwaity, Rosemberg, Elberg, Joselesky, Yak, Leven, Loyns, Grinblatt, Paradiz, Goldenberg, Becker, Ratinov, Roeschmann, Singer, Wall, entre otros. (como dato, gran parte de estas familias, fueron inhumadas en el Cementerio de los Disidentes o llamado tambien Alemán, entre los años 1866 y el 1900).




Gran parte de los “sefardies” y “asquenazí”, han mantenido a través de los años una grata sensibilidad hacia las inquietudes de la ciudad y se han integrado a la comunidad por intermedio de sus hijos nacidos en esta tierra. Adoptando parte la “ley”; donde estén los huesos de tus muertos, esa será tu tierra”…

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